Olores nauseabundos me llevaron a hacer las mejores fotos del año
De niño mi madre me obligaba a acompañarla al mercado central.Gracias a ese olor fétido que el lugar producía pude cumplir una tarea difícil.
Muchas personas me preguntan mi fascinación por fotografiar mercados, bueno esto comienza desde pequeño. Como todos saben cuando eres niño no tienes ni voz ni voto ante los lugares donde debes ir, mi madre me llevaba al mercado central porque no quería ir sola, y porque me veía aburrido en casa.
Los primeros viajes ( porque realmente han sido demasiados) recuerdo el olor. El olor a animal muerto, el olor de un matadero lleno de especies fallecidas. Me daban ganas de vomitar como el exorcista cada vez que iba por ahí. Esto contribuyo a que me vuelva vegetariano por casi una década, 8 años para ser exacto.
Para algunas personas este tipo de olores los refresca, siente que mientras la carne más cause vomito, más fresca está y por consiguiente más rica es. Si puedo describir el olor diría que así olería un cuerpo humano en descomposición, repito esto parece agradar al público.
Cuando paseaba por el lugar, porque no tenía otra cosa que hacer, sentía diferentes olores entre los lugares que iba. Esto es una carencia de los supermercados que creo los hace más atractivos. Esa fusión entre la esencia de las verduras más las frutas hacían un poco más agradable mi experiencia en tal lugar. Ese pequeño perfume natural que realmente me hacía sentir muy feliz.
Ahora 2014, ¿como llegue exactamente de nuevo a este lugar repulsivo y hacer que me guste? gracias al centro de la imagen y un curso de verano que tomé ahí llamado Creación de Proyectos fotográficos con la profesora más divertida que he tenido. Fui con mi cámara un sábado por la mañana y volví a sentir ese olor, pero me sentía protegido por lo que tenía en mis manos. Iba a poder documentar todo lo que quise expresar desde niño.
Ese sábado me aparte de mi grupo, conocía tanto el lugar que sabía exactamente por donde moverme, Puse mi sigma 10-20 ya que quería fotografiar todo el espacio. Me moví, me paseé, fotografíe todo lo que pude, y encontré un lugar con unos pollos muertos colgando, con el carnicero en el centro. Era tan bello, como si hubieran creado ese espacio así apropósito. Pedí permiso, y el tipo muy amable me dijo que podía retratarlo, así que seguí. Disparé tapándome la nariz, aunque luego pensé que tenía que vivir toda la experiencia completa, dije Pierre no seas cobarde. Saqué unos 10 disparos y me quedé con tal vez una de mis favoritas de estos 4 años tomando fotos.
Después de tomarla fui corriendo a buscar a mi profesora por lo feliz que estaba, ella me dijo que era una buena foto pero para cumplir una serie, no basta una salida. Así que por los siguientes 4 meses fui los sábados con mi mamá, como hacíamos hace años. Ella compraba algo donde quería tomar una foto y la gente se dejaba.
Después de recolectar lo suficiente y ver el trabajo terminado, sentí que el mercado central es solo una gran parte de algo. Parte del Perú, de Lima, de la sociedad, de mi infancia, de nuestras vidas. Cada mercado tiene algo en especial e iré fotografiando lo más que pueda.
De niño mi madre me obligaba a acompañarla al mercado central.Gracias a ese olor fétido que el lugar producía pude cumplir una tarea difícil.
Muchas personas me preguntan mi fascinación por fotografiar mercados, bueno esto comienza desde pequeño. Como todos saben cuando eres niño no tienes ni voz ni voto ante los lugares donde debes ir, mi madre me llevaba al mercado central porque no quería ir sola, y porque me veía aburrido en casa.
Los primeros viajes ( porque realmente han sido demasiados) recuerdo el olor. El olor a animal muerto, el olor de un matadero lleno de especies fallecidas. Me daban ganas de vomitar como el exorcista cada vez que iba por ahí. Esto contribuyo a que me vuelva vegetariano por casi una década, 8 años para ser exacto.
Para algunas personas este tipo de olores los refresca, siente que mientras la carne más cause vomito, más fresca está y por consiguiente más rica es. Si puedo describir el olor diría que así olería un cuerpo humano en descomposición, repito esto parece agradar al público.
Cuando paseaba por el lugar, porque no tenía otra cosa que hacer, sentía diferentes olores entre los lugares que iba. Esto es una carencia de los supermercados que creo los hace más atractivos. Esa fusión entre la esencia de las verduras más las frutas hacían un poco más agradable mi experiencia en tal lugar. Ese pequeño perfume natural que realmente me hacía sentir muy feliz.
Ahora 2014, ¿como llegue exactamente de nuevo a este lugar repulsivo y hacer que me guste? gracias al centro de la imagen y un curso de verano que tomé ahí llamado Creación de Proyectos fotográficos con la profesora más divertida que he tenido. Fui con mi cámara un sábado por la mañana y volví a sentir ese olor, pero me sentía protegido por lo que tenía en mis manos. Iba a poder documentar todo lo que quise expresar desde niño.
Ese sábado me aparte de mi grupo, conocía tanto el lugar que sabía exactamente por donde moverme, Puse mi sigma 10-20 ya que quería fotografiar todo el espacio. Me moví, me paseé, fotografíe todo lo que pude, y encontré un lugar con unos pollos muertos colgando, con el carnicero en el centro. Era tan bello, como si hubieran creado ese espacio así apropósito. Pedí permiso, y el tipo muy amable me dijo que podía retratarlo, así que seguí. Disparé tapándome la nariz, aunque luego pensé que tenía que vivir toda la experiencia completa, dije Pierre no seas cobarde. Saqué unos 10 disparos y me quedé con tal vez una de mis favoritas de estos 4 años tomando fotos.
Después de tomarla fui corriendo a buscar a mi profesora por lo feliz que estaba, ella me dijo que era una buena foto pero para cumplir una serie, no basta una salida. Así que por los siguientes 4 meses fui los sábados con mi mamá, como hacíamos hace años. Ella compraba algo donde quería tomar una foto y la gente se dejaba.
Después de recolectar lo suficiente y ver el trabajo terminado, sentí que el mercado central es solo una gran parte de algo. Parte del Perú, de Lima, de la sociedad, de mi infancia, de nuestras vidas. Cada mercado tiene algo en especial e iré fotografiando lo más que pueda.
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